domingo, 22 de marzo de 2009

El camino entre el cuerpo y el alma

Un silencio es suficiente para sentirlo, para disfrutarlo, para vivirlo...

divisar el horizonte interior al cerrar los ojos, atisbando el hogar interior, cálido y esplendoroso. Ese lugar del que procedemos, y al que todos deseamos llegar... esa meta de paz y equilibrio espiritual.

Hay quien al cerrar los ojos no desea ver aquel lugar por miedo... hay quien se siente terriblemente lejos de su hogar, y hay quien desea disfrutar de su vista, añorarla, y buscar el camino y el encuentro hacia la esencia escondida... hacia la unión de su cuerpo y alma...

Únicamente existe un camino, más o menos largo, para llegar a ese pequeño paraíso. Sólo es posible avanzarlo con una sencilla guía, y es la del amor.

A sabiendas de sus dificultades, de los desánimos, de las adversidades... siendo conscientes de lo que vale cada momento, de los avances y retrocesos, sigamos siempre adelante, proyectándonos bajo esa guía.

Si tuviéramos que buscar el camino, amemos por donde pisemos, para saber andar en la dirección correcta, y si perdiéramos la vista, dejémonos guiar por aquel que nos ayude a caminar.

Pase lo que pase, disfrutad del paseo interior, y mantened siempre la esperanza de llegar a vuestro verdadero hogar.

Hay quienes ya os están esperando.