miércoles, 6 de enero de 2010

Somos tantos y tan únicos


Una simple mirada a una niña saltando en un hinchable gigante me ha hecho comprender lo especial que es, no sólo para sus padres, sino para el mundo entero.

Una niña entre tantos otros es algo tan sublimemente sutil, que me llevó a disfrutar una gran emoción interior.

Palpar en un instante todos los detalles de su esencia, y su lugar en el mundo, para posteriormente sentir una profunda gratitud hacia la vida.

Cuanto más pienso en lo importante que es cada persona, más deseo tengo de poder estar cerca de todos ellos, y es entonces cuando me siento tan pequeño...

Como dijo una gran mujer un día, que además ha influido en mi educación, "el mundo es pequeño para mis deseos".

martes, 5 de enero de 2010

Algo más que una película...


Apenas puedo pensar claramente... demasiados sentimientos abrumadores alrededor de este homenaje a la vida...

La película misma lo dice todo... espero que nadie la deje escapar...


Su título... Siete Almas

sábado, 2 de enero de 2010

Una forma inesperada de amar en el mundo

En primer lugar, Feliz 2010 a todos!!

Dentro de una semana hará que comencé con este blog! No ha sido una gran obra maestra, pero estoy feliz de haber aportado buenas emociones a algunas personas.

Espero que este año pueda seguir cultivando este espacio, dentro del atareado mundo en el que vivo!

Cuando comencé este blog, pretendía hablar sobre una forma de pensar, una forma de ser, y de vivir. Creo que durante estos meses ya he tocado un poco varios temas que pueden ayudar a encontrar la felicidad personal. A partir de ahora intentaré ser un poco más práctico e ir concretando experiencias de mi vida que puedan ayudar a completar la lección.

Mi primera lección es la correspondiente al título de este post: "Una forma inesperada de amar en el mundo".
La he aprendido hace unas pocas horas, como consecuencia de un regalo que me ha hecho una amiga muy especial: un osito de peluche.

¿En qué consiste esta forma inesperada de amar? Es muy simple. Tenéis que elegir una mascota, peluche, o algo que os permita transmitir cariño, emociones y pensamientos positivos.

El ejercicio consiste en pensar que este peluche (pongo como ejemplo mi caso) es el reflejo del mundo entero que nos rodea. A partir de esta simple premisa, tenemos que aprender a apreciarle de la forma que desearíamos hacerlo con el resto de personas, seres y esencia de nuestro entorno.

El beneficio del ejercicio radica en que debemos desarrollar una forma de ver la vida global, y nuestro amor por el prójimo debe ser aplicable al mundo entero, sin distinciones. Cada persona, cada animal, o parte de la naturaleza, lleva en su interior la misma esencia que nuestra mascota o peluche, y debemos valorarlos y cuidarlos como tales.

Por otro lado, pese a que dar cariño a un peluche no tenga ningún efecto sobre nuestro entorno (aparentemente), en realidad entrenamos a nuestro espíritu para encontrarse en un estado positivo de amor/aprecio.

Recuerdo lo que algún otro día ya he comentado (y añado algunas cosas):
1 - Para nuestro cerebro es imposible encontrarse en un estado de sentimientos negativos (miedo, o derivados) siempre que estemos sintiendo amor/aprecio
2 - Somos seres de costumbres, y si conseguimos mantener nuestro pensamiento positivo favorecerá encontrarnos en ese estado cada vez más tiempo
3 - Nuestro organismo segrega sustancias y favorece procesos saludables cuando realizamos el ejercicio de amar o apreciar, al tiempo que nos libera de las emociones negativas, lo cual repercute muy positivamente en la salud tanto física como psíquica.


En conclusión, ejercitar nuestra forma de amar al mundo de una forma sencilla y constante puede tener grandes beneficios en nuestra vida.